Estrategia de seguridad que implementa múltiples capas de defensa para proteger los activos de información. Cada capa de defensa actúa como una barrera adicional para frenar a los atacantes y proteger contra diferentes vectores de ataque. Esta estrategia incluye medidas físicas, técnicas y administrativas para asegurar que si una capa falla, otras capas aún puedan ofrecer protección.