Se trata de la persuasión de un adulto hacia un niño con la finalidad de obtener una conexión emocional y generar un ambiente de confianza para conseguir satisfacción sexual a través de imágenes eróticas o pornográficas del menor. Muchas veces los adultos se hacen pasar por niños de su edad e intentan entablar una relación para, luego, buscar realizar encuentros personales -en algunos casos- con fines sexuales.